Los otoños más espectaculares alrededor del mundo

  • New Wood
  • 26 de octubre de 2020
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Debido a la situación sanitaria actual, debemos conformarnos con viajar desde el teléfono o el ordenador. Por eso hoy os traemos algunos de los paisajes más hermosos alrededor del mundo que brillan con especial intensidad durante el otoño. ¡Viaja con nosotros!

 

El otoño mágico en Japón

Japón es muy famoso por su primavera y los cerezos en flor, ahora bien, es realmente difícil acertar la semana en que las famosas ‘sakura’ estarán florecientes, pues duran muy poco, y además, es una de las temporadas más caras y masificadas para viajar al país. En cambio, en otoño, Japón se tiñe de colores rojos, ocres y naranjas en contraste con un frondoso verde, el clima es temperado (ni frío ni calor, sin lluvia) y hay mucho menos turismo, por lo que el precio es mucho más asequible.

La geografía volcánica de Japón ofrece un paisaje otoñal diferente y difícil de encontrar en otros lugares del mundo y, acompañados de su particular arquitectura, te sentirás como en un cuento de hadas. Los amantes del trekking encontrarán en Japón rutas senderistas de todo tipo y condición, muchas culminando en algún templo o castillo perdido en un bosque o en la cima de una montaña. A finales de noviembre es una buena época para acercarse a la zona de los Cinco Lagos, donde se encuentra el Monte Fuji. Aunque no se permite subir en esta época, los días suelen ser más claros y hay más oportunidades de ver la mística montaña, además que hay muchas actividades de senderismo que se pueden hacer alrededor.

También es una época perfecta para deleitarse con su gastronomía otoñal a base de castañas, setas y moniatos, ya sea en caldos, acompañando carnes o incluso en pastelería. Y en Japón es fácil de contemplar ciervos, conejos, grullas o zorros salvajes en sus zonas naturales, entre otros animales.

 

Los parques nacionales de Estados Unidos

Estados Unidos no solamente es famoso por sus grandes urbes, si no también tiene hermosas regiones naturales muy bien conservadas y protegidas, para ir a las cuales habrá que acercarse en coche, pero una vez en ellas, se puede practicar el senderismo y otros deportes de aventura.

Un lugar de visita obligada es el Gran Cañón del Colorado. Si bien es impresionante en cualquier época del año, en otoño brilla con una luz más etérea si cabe, además de ser una temporada con menor afluencia de visitantes, y unas temperaturas suaves.

También hay que visitar el Parque de Yellowstone, el hogar del famoso ‘oso Yogi’, que ofrece un espectáculo de colores cálidos en otoño. Es uno de los parques más grandes del mundo, con lagos, montañas, bosque… y la caldera volcánica más grande de todo el mundo, en la cual se pueden encontrar más de 10.000 elementos hidrotermales como fumarolas, pozas de barro, géiseres y aguas termales. También en la Costa Oeste no hay que olvidarse del Sequoia Park, con los árboles más grandes del planeta, o de Yosemite, otro parque natural que destaca por sus valles y montañas de granito.

En Estados Unidos hay muchos otros parques naturales protegidos en los que perderse en otoño. Es difícil explicarlos todos, pero también se pueden destacar, por su especial belleza otoñal, el Acadia National Park en Maine o las Great Smoky Mountains entre Carolina del Norte y Tennessee.

 

Transilvania, en Rumanía

Los amantes del Conde Drácula y sus leyendas disfrutarán del otoño como nunca en Transilvania. La región está cubierta de una importante masa forestal (con hasta 200 especies de árboles), con pequeños pueblos tradicionales aquí y allá. Eso hace que el otoño en Transilvania sea muy pintoresco y exuberante.

En esta época los precios de los hoteles ya han bajado un poco y el clima es más temperado, y los bosques implosionan de colores cálidos, a veces rodeados de una mística niebla, haciendo las delicias de aquellos a quienes les gusten las historias de vampiros y otros seres mitológicos de la zona. Además de visitar el famoso castillo de Bran, donde se asientan las historias del Conde Drácula, hay muchas otras rutas senderistas de gran atractivo por la zona.

Por ejemplo, una zona poco explorada por los turistas y de belleza bucólica es el Parque Nacional de Gradistea Muncelului-Cioclovina, en los Montes de Orastie, ideal para los que disfrutan recogiendo setas (aunque mejor ir con alguien que conozca la micología de la zona). También es tradicional de la época encontrar campos de calabazas, y por supuesto gastronomía que gira alrededor de este otoñal ingrediente.

 

El Valle del Duero en Portugal

No demasiado lejos de nuestras fronteras podemos contemplar un paisaje salido de una película de ciencia ficción, en el Vale do Douro (o Valle del Duero). A partir de octubre la zona que rodea el río Duero se vuelve dorada y carmín debido a los viñedos que pueblan las terrazas de los montes próximos. Hay rutas de trekking disponibles o también se puede realizar un crucero fluvial para obtener un punto de vista diferente del paisaje, desde el agua, vislumbrado alguno de los pueblos rurales que salpican la ribera.

La zona destaca por su arte y decoración con azulejos, que se pueden contemplar en algunos edificios tan emblemáticos como en Lamego, donde la joya del barroco del Santuario de Nossa Senhora dos Remedios te espera tras subir 686 escalones. También en Pinhão tienen una estación de tren con este tipo de decoración.

Por supuesto, es una buena época para visitar las bodegas de la zona y degustar su vino. También una buena excusa para pasear por Oporto, la ciudad costera donde desemboca el río en cuestión. En ella, además de su encanto propio, se puede aprovechar para probar la gastronomía otoñal de Portugal.

 

Hay muchos otros sitios increíbles alrededor del globo para disfrutar de un otoño de película. ¿Cuáles son tus recomendaciones?

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